La planificación del traspaso de su negocio veterinario

En algún momento se le ha pasado por la cabeza preguntas como: ¿Puedo traspasar mi negocio? ¿Qué valor tiene mi centro? ¿Quién podría comprar mi empresa? Antes de tomar una decisión, hemos de trazar un plan de viabilidad que responda a todas estas cuestiones.

07/12/2016

Cada año, muchos compañeros veterinarios se plantean estas preguntas. La primera cuestión que se deberían hacer es: ¿Qué aportaría mi empresa a un comprador? Cuando un veterinario, empresario o grupo inversores se plantea invertir en un centro veterinario, tiene dos opciones: Comprar un centro en funcionamiento o abrir uno nuevo. ...

Cada año, muchos compañeros veterinarios se plantean estas preguntas. La primera cuestión que se deberían hacer es: ¿Qué aportaría mi empresa a un comprador? Cuando un veterinario, empresario o grupo inversores se plantea invertir en un centro veterinario, tiene dos opciones: Comprar un centro en funcionamiento o abrir uno nuevo. Abrir una clínica veterinaria tiene también sus ventajas, por lo que debemos hacer que nuestra empresa genere mayor interés al inversor al aprovechar la inercia de la actividad actual. Si en un futuro cercano se quiere traspasar el local, hay algunos puntos que se deberían tener en cuenta al llevar la gestión diaria.

El valor del centro depende de muchos factores, pero hemos de prestar especial atención en algunos de ellos que son claves.

1) INVERSIONES

A) Instalaciones: Mantenimiento y estado de las mismas.

B) Aparataje existente en el centro: Instalaciones de diagnóstico o tratamiento.

2) FUNCIONAMIENTO

A) Facturación anual y beneficio antes de impuestos

B) Costes fijos y costes variables.

C) Coste de personal.

D) Gastos de estructura.

E) Intangibles: Marca, protocolos, cartera de clientes…

A) Facturación anual y beneficio antes de impuestos

Una vez el grupo inversor o comprador se plantea realizar una inversión, lo primero que se ha de hacer es conocer la rentabilidad o margen de la empresa. Si se quiere que el negocio sea interesante, se debe ofrecer un margen de negocio por encima de otros sectores o por lo menos por encima de los competidores. Poco interés tiene una clínica que facture más de 500.000€ al año si el beneficio que deja es inferior a un consultorio más pequeño que facture 180.000€ al año. Beneficios superiores al 10% de la venta empiezan a ser de interés para grupos inversores. Una vez conocido el margen y los beneficios antes de impuestos, podemos empezar a calcular el valor de la empresa.

En general, se calcula según el periodo de recuperación de la inversión que se quiera tener, es decir, en cuantos años se quiere recuperar la inversión de la compra. La recuperación de la inversión de la compra del centro se realiza en función del beneficio antes de impuestos esperado. En mercados o sectores más estables que el nuestro, podemos observar inversiones de 2 a 5 veces el beneficio anual, pero para conseguir esas cantidades la empresa debe garantizar una estabilidad que pocos centros pueden aportar. Se necesitaría una mayor estabilidad en cuanto a honorarios clínicos y centros veterinarios por número de habitantes para poder dar mayor valor a nuestros negocios.

B) Costes Fijos y Costes Variables

Obviamente, el beneficio antes de impuestos es básico, pero no es el único factor a tener en cuenta. Otro aspecto importante a considerar son los costes fijos y los costes variables, en los que los empleados con antigüedad tienen una importante incidencia. A igualdad de facturación y beneficio, el negocio más interesante es el que menor porcentaje de costes fijos tenga, ya que los costes variables suponen un menor riesgo en el beneficio al poderlos ajustar a las necesidades reales de la actividad.

C) Coste de personal

Si se quiere vender una empresa en la que existe una estructura de empleados, hay que definir el valor que aporta cada miembro del equipo, es decir, profesionalidad y productividad de cada uno de ellos. Negociar y asegurar la continuidad de los trabajadores clave (más productivos / rentables) puede generar un mayor interés del comprador. También debemos calcular el coste del despido de los empleados, ya que puede suceder que no todos encajen en el perfil que busca el nuevo propietario. En el caso de que el comprador tenga claro que un empleado no debe continuar, se ha de negociar con el vendedor que realice el despido y asuma el coste antes de firmar la compraventa de la empresa. ¿Cuántos empleados se tienen contratados?, ¿qué antigüedad tiene cada uno de ellos?, ¿qué facturación y rentabilidad aporta cada uno de ellos? Contestando a estas preguntas se dispondrá de mejor información para calcular el precio de compra y facilitar así la toma de decisiones. (…)

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